miércoles, 25 de abril de 2007

ANÉCDOTAS FAMILIARES

BILLARES EN VILLALUENGA
Ya hacía unos años que había terminado la guerra, pero aún eran los tiempos de los "maquis". Manuel Cabello era un jovencito con muchos ánimos, poco miedo y sólo un real en los bolsillos. Esa mañana se había puesto de acuerdo con dos de sus amigos: Paco Izquierdo, que después sería su cuñado, y Fernando Corrales. Una partida de billar en Ubrique costaba dos reales, mientras que en el casino de Villaluenga sólo un real, así que los tres cogieron el camino de la Calera y en un santiamén se plantaron en Villaluenga. Echaron su billar, y como no tenían más dinero, tuvieron que volver muertos de hambre por el mismo camino que habían subido.
¡Imaginense la preocupación de sus madres, todo el día sin saber nada de ellos y pasada la hora de comer! Al llegar, Manuel no tuvo más ocurrencia que explicar que aunque se había ido sin permiso, allí había sido educado, porque no había aceptado, de ninguna manera, la invitación para comer algo que una vecina les había hecho.
Esperanza.

PEPA PIÑERO DE LA ROSA

NUESTRA BISABUELA PEPA

Calculamos que nuestra bisabuela Pepa, la madre de abuela Natalia, debió de nacer en 1886. Era hija de Luis Piñero y María de la Rosa y tenía varios hermanos. Desde pequeña sus primas, "las Piñeritas", que tenían una tienda, disfrutaban con su compañía, tanto es así que, a pesar de querer muchísimo a sus padres (llamaba a su padre "papalí") acabó viviendo con ellas, que eran solteras. Pepa se enamoró de Eduardo Fernández, un gallardo mozo muy seductor y que gustaba a todas las jóvenes, aunque su corazón fue para ella. Ella había prometido a la Esperanza Macarena que, si se casaban, le pondría a su primera hija Esperanza. Pero en aquella época imponer nombre a los recién nacidos era todo un ritual, y cada cuál tenía el que le tocaba, así que su primera hija tuvo que llamarse Natalia, como estaba mandado. Antes había tenido otros dos hijos, a uno lo perdió y el otro era nuestro tío Baldomero. Al enviudar, Pepa volvió a irse con "las Piñeritas" (¿con quién mejor?) que los acogieron con los brazos abiertos. Más tarde sus hijos Baldomero y Natalia se casaron, y, al nacer la primera nieta, una bonita niña que vino al mundo el 28 de abril de 1932, y a la que correspondía el nombre de la abuela materna, Pepa tuvo la oportunidad de ver cumplida su promesa, y decidió que la niña se llamaría Esperanza, éste se ha convertido en uno de los nombres tradicionales de la familia y se mantiene cinco generaciones más tarde.

MISIÓN RESCATE

MEMORIAS QUE PRESENTA EL GRUPO DE MISIÓN RESCATE NÚMERO 208 DEL COLEGIO NACIONAL DE UBRIQUE (CÁDIZ)
V CAMPAÑA, 1971
OBJETIVO: ESTUDIO DE UNA FÁBRICA DE CURTIDOS O TENERÍA ANTIGUA
Hablar de la piel de Ubrique o de los curtidos en Ubrique es como hablar de Ubrique mismo.
Al igual que en los animales hay siempre un riego sanguíneo o linfático, y en los seres vegetales una savia vivificadora, sin cuyos elementos no existiría la vida vegetal o animal, en Ubrique ha existido de siempre, y aún continúa su influencia, un riego vivificador que lo personaliza, le da vida y lo hace diferente a otros pueblos.
Este riego, esta vivencia, llamémoslo así, es la originada por esa tradición ignota de los curtidos.
El grupo 208 se Misión Rescate se honra en presentar "El estudio de una fábrica de curtidos o tenería antigua".
Es una verdadera pena que allá por el año 1810 a un grupo de franceses le diera por quemar nuestro archivo municipal. ¡Cuánto se perdió entonces!
Al iniciar nuestros estudios sobre los curtidos no por menos tuvimos que empezar por rebuscar en el Archivo Municipal datos fehacientes de esta industria. Pero cá, el primer libro que en él se guarda data del año 1814 y siguientes; en ninguno de ellos encontramos datos de esta industria. Muchas horas de consulta, de buscar y rebuscar, y nada.
Pero estábamos dispuestos a trabajar, y fuentes históricas son las leyendas y tradiciones, buscamos a los últimos descendientes de aquellos curtidores e investigamos los últimos momentos de los curtidos en Ubrique.
Un hecho casuístico, en la primavera de 1969, y ante él remontarnos a una época, concretamente romana, hacen que unamos a nuestra fantasía la veracidad, la leyenda y la hipótesis en pro de un trabajo que tiene características propias.
Mayo de 1969: Un grupo de batidores, entre ellos el 460, José Peña; el 466, Juan Zurita y el 468, Diego Chávez (los dos primeros componentes actuales del grupo), nos informaron de que había aparecido, en unos pozos de cimentación, una serie de muros y construcciones que habían llamado su atención.
Tan pronto como pudimos, sin que hubieran transcurrido ni 24 horas, nos presentamos en el lugar.
Próximo al río Ubrique, junto al Colegio Libre Adoptado, en la nueva Avenida Herrera Oria y como a unos cincuenta metros de la actual Glorieta de Misión Rescate, la empresa constructora de una entidad bancaria había perforado el suelo con unos 33 pozos, de un tamaño aproximado de 1,5x1,5 m.

MANUEL CABELLO Y ESPERANZA IZQUIERDO


Dos personas dedicadas a su familia y su pueblo
Durante toda su vida, Manuel Cabello y Esperanza Izquierdo han dedicado su tiempo, sus ilusiones y su cariño a su familia y a su pueblo. En este blog queremos hacerles un homenaje y preservar, al mismo tiempo, el trabajo de investigación que han realizado durante toda su vida. Lamentablemente Manuel Cabello no está con nosotros desde mayo del año 2000, pero contamos con la inestimable presencia de Esperanza Izquierdo y su buenísima memoria para recuperar el resultado de sus investigaciones. No pretendemos hacer un trabajo riguroso desde el punto de vista científico, sino recoger sus enseñanzas con cariño y respeto.
Ubrique, 17 de abril de 2007